En la sociedad moderna cada vez son más altos los niveles educativos requeridos a hombres y mujeres, día a día se precisa de capacidades y destrezas para resolver problemas de carácter práctico.
Por lo tanto, en este contexto es necesaria una educación que contribuya al desarrollo de competencias para mejorar la manera de vivir y convivir en una sociedad cada vez más compleja. Esto exige considerar el papel de la adquisición de los saberes socialmente construidos, la movilización de saberes culturales y la capacidad de aprender permanentemente para hacer frente a la creciente producción de conocimientos y aprovecharlos en la vida cotidiana.
Contribuir a la formación de ciudadanos con estas características implica plantear el desarrollo de competencias como propósito educativo central, dando lugar a la reforma para la educación secundaria que tiene el Enfoque Basado en Competencias (EBC).